Add parallel Print Page Options

En aquellos tiempos no había paz ni para el que salía ni para el que entraba, porque había muchas aflicciones sobre todos los habitantes de los países. Una nación era destruida por otra nación, y una ciudad por otra ciudad, porque Dios los turbaba con toda clase de calamidades. Pero ustedes, esfuércense; no desfallezcan sus manos, porque su obra tiene recompensa”.

Read full chapter